SUELOS DE BARRO ARTESANAL EN TU CASA

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A todo el mundo agrada el aspecto que los pavimentos de barro cocido o terracota aportan a una casa, dotándola de un aire de calidez a la vez que da un toque rústico que nos recuerda a nuestras vivencias en casas de pueblo, tal vez durante alguna escapada o vacaciones.

Por ello, son cada día más las personas que optan por añadir este tipo de suelos de barro cocido a garajes, exteriores o incluso cocinas o bodegas.

Qué son los suelos de barro artesanal

            Son aquellos suelos que se realizan mediante baldosas o losas de barro cocido a bajas temperaturas y sin esmaltar con el fin de preservar ese color rojizo tan característico y bonito. A estas losas o baldosas también se las suele llamar losas de terracota.

Dónde usar las baldosas de suelo artesanal

            Las baldosas de terracota son aptas para usarlas en distintos lugares, desde patios, jardines, terrazas, cocinas, bodegas, interiores de viviendas, etc. Suelen ser muy porosas y por ello acaban generando musgo y verdín en las áreas de penumbra y humedad; y también suelen mancharse con facilidad.

Por este motivo es importantísimo tratar las losas de barro para evitar estos problemas.  Mi recomendación es que os pongáis en manos de profesionales y huyáis de remedios caseros.

En la variedad está el gusto

            Aunque por lo general las más demandadas son las de color rojizo, las hay de otros colores, con tonalidades más claras como salmón y amarillentas. También las dimensiones varían, así que te recomendamos consultar varios comercios antes de decidirte.

Igualmente, el precio variará en función de sus dimensiones, formatos, tipo de arcilla, marca etc.  Es muy importante sobre todo a la hora de decidir sobre qué tipo de barro comprar, ver la utilidad que se le va a dar y donde se va a colocar.  Sobre todo a la hora de decidir sobre la compra de losas de barro es saber con garantías de que el grado de cocción de los mismo es optimo, ya que a veces algunos tejares con sistema de horneados más tradicionales, pueden obtener partidas con un grado de cocción insuficiente que hace que la losa de barro sea muy débil y a la larga puede terminar por deteriorarse rápidamente.

Origen de las losas de terracota o barro cocido

            Se remonta a épocas del Imperio Romano. La próxima vez que visites alguna ruina de este periodo, especialmente en las villas tardo romanas, trata de fijarte en los suelos donde no hubieran instalado mosaicos. También solían enlosar con ellas los baños públicos (llamados “termas”) ya que frecuentemente bajo ellos hacían circular agua o aire muy caliente dando lugar a un sistema de calefacción llamado “gloria” consistente en calentar el suelo de las habitaciones.

            Tras ellos llegaron los visigodos, que copiaron esta técnica romana perpetuándola en sus viviendas y edificios públicos. Posteriormente los árabes al invadir la Península Ibérica acabaron entrando en contacto con las viviendas hispano godas y haciendo propias aquellos sistemas que más les agradaron.

            Finalmente los árabes, moriscos y mozárabes acabaron legando estas técnicas a los cristianos que convivieron con ellos.